viernes, 31 de diciembre de 2010

Hasta siempre, 2010.

Sé que este año, para la mayoría, ha sido un año para olvidar, sobre todo por el contexto de crisis económica y todo lo que eso conlleva en el ámbito personal: negativismo, tristeza, rabia, rencor, inseguridad, miedo... Una gran nube negra y llena de relámpagos. Si a eso se le añaden problemas en lo sentimental, personal... Entiendo que para mucha gente este año haya sido demasiado largo.

Sin embargo, para mí ha sido un año muy especial que siempre que lo recuerde me dibujará una sonrisa en la cara. Por supuesto, ha habido momentos malos (muchos con origen en los años 2007, 2008, 2009 - trienio tsunámico para mí -), pero de todo se aprende y se puede sacar algo bueno.

Este es el contexto:

El fin de 2009 y principio de 2010 empezaron fuerte, con tantos altibajos sentimentales que parecía una montaña rusa. Lo que creí que eran triunfos y que, en un principio, me sacaban sonrisas, no eran más que síntomas de que no me había recuperado, de que algo no iba bien. La herida que yo creía cerrada estalló y mostró una infección espectacular. Me desesperé, lloré, maldecí ... Me hundí... directa a la UCI.

En lo personal también estaba atravesando una época dura. Soy una persona fiel y leal, algunos a veces me dicen que debería haber nacido en una época en la que las personas tuvieran y valoraran esas y otras características igual de importantes (honradez, nobleza de espíritu, sinceridad, altruismo...) y miraran más por los demás y menos a su ombligo y su bolsillo. No es cuestión de decir lo maravillosa que soy porque no es verdad, tengo muchísimos defectos, muchos, muchísimos... Pero soy una persona que evita por todos los medios hacer daño a los demás; que es sincera con sus amigos en lo bueno y en lo malo porque espero lo mismo de ellos; que abraza porque me gusta demostrar el cariño que tengo, porque casi disfruto yo más dando los abrazos que el otro cuando los recibe; que prefiere regalar algo que tenga sentido aunque sea con meses de retraso o por sorpresa, simplemente porque he visto algo que me ha hecho acordarme de esa persona; porque soy risueña y me gusta hacer el imbécil y llorar de risa sin tener que soportar malas caras, miradas o comentarios... Darte cuenta de que los que creías que eran tus amigos no lo son, es un palo duro (siempre lo es), pero lo es más si estás pasando una mala racha y es precisamente en ese momento cuando más les necesitas.

Profesionalmente llevaba perdida unos meses, desde que había terminado la carrera, porque me había dado cuenta de que no me llenaba. Provocó la sensación de haber tirado 5 años a la basura y mucho dinero. Eso suponía además, una culpabilidad para con mis padres, que me habían apoyado durante la carrera y ahora me miraban inquietos.

Pero llegó 2010, y todo cambió.

Mi gran fracaso sentimental, los demás pequeños fracasos ¿sentimentales? y la explosión de la herida y todo el proceso de supuración me trajeron la inspiración necesaria para limpiar y me salieron unos relatos chulísimos.

Llegó el momento de estar callada y de observar, analizar y sacar conclusiones. Nunca se aprende tanto como cuando no se tiene voz y sólo se puede observar. Nunca te puedes curar sin desinfectar antes la herida. Tocó ponerse manos a la obra, quitar la costra, abrir e indagar, removerlo todo bien y limpiarlo hasta que estuviera listo para poder cicatrizar. Si no entiendes qué es lo que te pasa, jamás podrás arreglarlo.

Ya estoy saliendo del túnel y, queridos lectores y amigos, tengo una sonrisa de imbécil que me ha empujado al trampolín de una piscina, que no sé si está llena o no, pero en la que pienso saltar -aunque a veces me entre el miedo escénico-. Y saltaré haciendo “la bomba” y, chicos, si no hay agua y me parto veinte huesos, volverá la inspiración. (Se es más creativo cuando se está triste/deprimido: demostrado científicamente. ;) )

Además, este año he conocido a gente que me ha cambiado la vida tanto a nivel profesional como a nivel personal.

Creo que para ser bueno en algo, te tiene que fascinar y más si vas a estar hasta los 67 años dedicándote a ello. He tenido la suerte de que se ha abierto ante mí un horizonte lleno de posibilidades realmente fascinantes que me hacen saltar de emoción. No puedo dejar de sonreír cada vez que lo pienso, he descubierto “lo que quiero ser de mayor”. Y lo he descubierto gracias a gente maravillosa a la que conocí de la forma más insospechada y que, si lo pienso, fue todo fruto de una suma de casualidades, una detrás de otra y otra y otra... Porque estaba en el momento perfecto en el lugar idóneo, y a partir de ahí, todo marchó como una cascada hecha por fichas de dominó. Sólo puedo sonreír.

Por otra parte, puedo decir que hoy tengo a mi lado unos amigos a los que adoro y que me hacen sentir, por fin, alguien tan importante para ellos como ellos lo son para mí. Con los que puedo ser yo, que me obligan a ser yo, que les encanta mi yo, que me encantan. Puedo reír, llorar, llorar de risa o reír de mis/nuestras lágrimas. Con los que con una mirada nos decimos todo y rodamos de la risa, con los que tengo expresiones que sólo ellos pueden entender. Patos, pollos, mulas y las compras en Makro, diosas de la caza con collares de la Sirenita, purpurina, mañas que me la lían parda, rubias y ex-rubias peligrosas, planes ppb con mis mosqueteros, futuros escritores de éxito, temazos, enólogos, planes para dominar el mundo..., y, último pero no menos importante, KUDURO. Sólo puedo sonreír.

Por supuesto, mi recuperación no habría sido posible sin mis padres, mi hermana y el resto de mi familia (ya os conté que somos un clan como los Corleone).

A mis padres y a mi hermana les tengo que agradecer muchísimas cosas. He aquí una pequeña lista: Gracias por la paciencia que habéis tenido conmigo; por el cariño que me habéis dado cuando os soltaba zarpazos; por las risas que me habéis provocado con una sola mueca o un comentario; por el apoyo que me habéis dado y el ánimo para que luchara por lo que quería; por soportarme día a día; por decirme cosas que no quería oír pero que necesitaba que me dijeran... Sé que vosotros también lo habéis pasado mal viéndome sufrir, pero con la fe se mueven montañas, y gracias a vosotros he recobrado la fe suficiente y he movido la cordillera enterita de los Andes.

Una mención especial a mi primo JP, con el que formo el matrimonio perfecto. El fútbol sin ti nunca es lo mismo, el resto, tampoco.

Así que, resumiendo: gracias, gracias y mil gracias más.

Hasta siempre, 2010.

Bienvenido, 2011.

***

Espero que todos vosotros estéis pasando unas buenas Navidades, que tengáis una buena salida de 2010 y una mejor entrada en 2011. Yo lo estoy esperando con impaciencia, alegría, sonriendo y con los ojos brillantes de emoción. De todo se sale, así que, recordad, nunca perdamos la sonrisa ni la fe y, si nos caemos, nos levantamos y seguimos adelante.

***

Sé que hay algunos post que no os gustan, o no os gustan tanto como otros que puedo haber colgado ya, o que os parecen una estupidez y pensáis que me los podría haber ahorrado (a veces pienso lo mismo cuando me pongo a leer el blog desde el principio). Pero como os dije el día del primer cumpleaños del blog, esto para mí es una terapia, es un rinconcito donde curarme las heridas y todos y cada uno de los posts que hay colgados, me han servido para estar mejor. Creé el blog para mí, para desinfectarme. Si, además, os sirve a vosotros, no os imagináis lo que me alegro.

Como ya estoy mucho mejor, os habéis podido dar cuenta, el número de actualizaciones ha bajado. Estoy buscando historias que contar menos basadas en cosas que me puedan haber pasado a mí o a los míos para sustituirlas por historias que me hagan disfrutar escribiendo (Como “Un lunes sin ti es otro día de silencio”), pero es más complicado, la inspiración no está mirándose en el espejo y abriendo heridas. Seguiré aquí, me esforzaré para seguir ofreciéndoos lo que sale de esta cabecita cuando lo necesite, cuando quiera mandaros un mensaje positivo (y de paso me lo mando a mí, porque, para qué engañarnos, haber recuperado las ganas de saltar no significa que no me dé miedo darme otro señor tortazo) y compartiendo con vosotros mis “creaciones”, esperando que las disfrutéis.

No sé si sois conscientes de lo muchísimo que llenan vuestros comentarios, vuestros ánimos... Os animo a seguir mandándome mails o dejando comentarios en los posts.

Intentaré seguir a la altura. Gracias por respirar el olor a tinta negra.

FELIZ 2011.

©AC

martes, 28 de diciembre de 2010

¿A quién le importa?


imagen: ¿? (google)

Traducción:

Mi cabeza dice,

"¿A quién le importa?"

Pero entonces mi corazón susurra,

"A ti, idiota..."

AC

martes, 14 de diciembre de 2010

Saltarás.

Sé que en estos momentos en los que desearías que tu corazón dejara de latir, cualquier palabra que pueda decirte para consolarte no surtirá efecto. Sé que sientes que tu corazón sólo late por inercia, como un buen reloj cuyas piezas funcionan a la perfección. Sé que notas sus latidos pero que no los sientes. Sé que de tus entrañas sólo puede salir un grito que desgarraría toda tu garganta. Sé que las lágrimas te abrasan y que los silencios te ahogan. Sé que sientes que has muerto por dentro, que deseas que esto acabe de una vez por todas, que quieres morir porque no eres capaz de aguantar más el dolor.

Lo sé.

Yo también sentí todo aquello. Una vez, hace mucho tiempo ya pero no hace tanto. El paso del tiempo se torna nebuloso, no soy capaz de decir con exactitud cuánto tiempo hace de aquello. Podría mirar un calendario y averiguarlo, pero sin ese calendario, podría decir que ocurrió a la vez hace mucho y poco tiempo. Hace mucho y poco tiempo a la vez porque es una cicatriz que seguirá ahí hasta el día en el que deje de respirar. ¿Por qué? Porque esa herida ha hecho de mí quien soy ahora.

Hace ni mucho ni poco tiempo, pero también hace mucho y poco tiempo, deseé dejar de respirar. Sentí un dolor que no había sentido nunca. Un dolor mucho peor que el dolor físico. Mi esencia, por decirlo de alguna manera, agonizaba y pedía piedad. Mi sueño se desvaneció casi de la noche a la mañana y, con ello, todo el futuro que hasta entoces había imaginado, soñado y estado construyendo.

Sé lo que sientes.

Pero también sé que un día, de la noche a la mañana, sentirás que los latidos de tu corazón vuelven a calentar tu sangre. Poco a poco, volverás a sentir. Y poco a poco irás reconstruyéndote con la ayuda de los tuyos pero también sin ella, sólo con tu esfuerzo, tu sonrisa y tu actitud.

Sé que no lo crees, pero yo lo sé.

Porque también sé que el día que menos te lo esperes recobrarás la fe y la sonrisa y nadie podrá nunca más arrebatártelas. Porque habrá nacido un nuevo tú, una versión más fuerte y mejorada, sin que te hayas dado cuenta. Por supuesto, tendrás miedo de que pueda volver a ocurrir todo aquello por lo que pasaste y casi, y repito casi, acaba contigo. Pero habrás podido comprobar que no sólo no te ha destruído sino que, al contrario, te ha hecho mucho más fuerte de lo que jamás pudiste imaginar.

No lo crees, pero yo lo sé.

Porque después de eso, el día que menos te lo esperes, conocerás a una persona que te haga sentir todo aquello que creíste que jamás podrías volver a sentir. Y hará que quieras lanzarte a la piscina otra vez aunque no sepas si hay o no agua dentro.

Y saltarás.

Y ya nadie te podrá arrebatar la fe..., porque habrás saltado..., y lo habrás hecho con una sonrisa que tampoco te podrán robar.

***
PD: Cuando uno cae, se levanta y sigue adelante.
SIEMPRE
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AC