martes, 28 de julio de 2009

Jerez.

Me voy una semanita a Jerez a desconectar y reencontrarme con los Erasmusamigos.
Sed buenos y portaos bien.
©AC

lunes, 27 de julio de 2009

Madrid, me gustas verde.

Me gusta respirar entre las fuentes y los árboles gigantescos que hay delante del Museo del Prado y del Thyssen. Me gusta pasear entre ellos y tomar el sol. Me gusta sentarme en el césped o en uno de los bancos de piedra, levantar la cara, sentir los rayos del sol en mis párpados y sentir la brisa acariciar mis pestañas. Ojalá pudiera congelar ese momento.
Madrid, me encantan tus tardes soleadas en tus entrañas verdes. Madrid, me encanta que me quieras así.
©AC

domingo, 26 de julio de 2009

Batería.

Hoy en el 150, a la altura de Colón, se me ha terminado la batería del ipod. Me ha jodido un huevo porque no llevaba ningún libro en el bolso. Menos mal que voy siempre con mi libreta y mi boli, lista para escribir por si me asalta la inspiración, así que me he puesto a observar el mundo desde esa cajita de lata con aire acondicionado.
©AC

viernes, 24 de julio de 2009

Gustos.

Hoy, al meterme en el vagón de metro de la línea 10 en Chamartín, se ha metido conmigo una mujer sudamericana muy guapa. Iba con un carrito de bebé. Se ha sentado a mi lado, entre un chico y yo. La verdad es que la bebita era preciosa. Se ha puesto a mirar con su ojos negros llenísimos de curiosidad al chico. Él le ponía caras para que se riera pero ella simplemente le miraba muy seria absorbiendo todo lo que veía. Cuando él se ha bajado en Plaza de Castilla, ella le ha seguido con la mirada y ha querido bajarse del carrito para seguirle.

La verdad es que la pequeñaja no tenía mal gusto.

©AC

jueves, 23 de julio de 2009

Como Napoleón.

Cada vez que paso por delante del edificio de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Marina que hay cerca de la estación de Chamartín (al lado del colegio Sagrado Corazón), me imagino a un montón de militares en uniforme en un estanque haciendo prácticas con barcos de papel en el agua y en sus cabezas, a lo Napoleón. No sé por qué me viene esa imagen a la cabeza, pero el caso es que siempre que paso con el 150 por delante, haya tenido un buen o un mal día, me río, y eso, me encanta.
©AC

lunes, 20 de julio de 2009

París por 3€.

Estoy en el vagón de metro volviendo a casa y he visto entrar en mi vagón a un músico callejero. No lleva violín. No lleva acordeón. No lleva guitarra. Lleva un altavoz y una melódica. Joven. Moreno. Pantalones pirata vaqueros. Camiseta naranja. Pelo corto pero con un poco de crestilla. Se ve a kilómetros que es francés, francés del Sur. Ha entrado en el vagón y ha visto como todo el mundo o se ha puesto los cascos o tenía un repentino interés por lo que decía el periódico o se ha quedado dormido en el acto. Yo no. Cuando me ha mirado he parado el ipod, me he quitado los cascos y le he mirado de un modo que decía “Sorpréndeme, te escucho”. Se ha quedado muy sorprendido pero ha sonreido aceptando el reto. Le ha dado al play para la poner la música de fondo y ha empezado a tocar. Y ha empezado a cantar. A cantar en francés (¡Bingo!). Me ha cantado un poquito de chanson française. Me ha cantado “Aux Champs Élysées” de Joe Dassin. Me ha cantado mirándome y le he sonreído como diciéndole “Has acertado.” Y he cerrado los ojos sonriendo y me ha teletransportado a París, a un París con el cielo azul, con sol y con un café au lait y un croissant en una terrasse.

He abierto los ojos y los dos sonreíamos.

Le he dado 3 €.

Qué barato me ha salido ir hoy a París.

©AC

viernes, 17 de julio de 2009

Quéfumepa.

Hoy al ir a Icade a por el certificado de fin de carrera he podido oír esa joya del argot pijo madrileño (no sé si se ha extendido ya a todo el territorio nacional). Quéfumepa. Le he estado dando vueltecillas hasta que por fín he entendido lo que quería decir y me he quedado helada pese al bochorno. Quéfumepa. Traducción (haciendo honores a mi licenciatura de traductora-intéprete): Qué fu(erte) me pa(rece).

Pues eso. Cerebro del tamaño de un guisante, o sssssssssssssssssssssea.
©AC

jueves, 16 de julio de 2009

Hoy soy yonki.

Me está saliendo una muela del juicio. Es muy maja porque siempre decide salir cuando planes a la vista (sale ahí, en el mejor momento). Es su forma de decirme se apunta al plan, ¡no hay que ser desagradecida! El caso es que ni su molesto apoyo consigue borrame la sonrisa. Brilla el sol en Madrid. Hace bueno. Y, sobre todo, ese cielo de Madrid ha vuelto a sonreírme. Ese cielo azul, tan azul y tan bonito que le he hecho una foto. Ya tengo unas cuantas fotos del azul del cielo de Madrid (me estoy volviendo una friki, pero al menos soy consciente de ello. Hola, soy una friki del cielo de Madrid. ¡Holaaaa!).

Ese dolor tan simpático que me regala mi muela tampoco es tan horrible, me ayuda a estar con la sonrisa en la cara… Benditas pastillas.

©AC

miércoles, 15 de julio de 2009

¡Bruja!

Ahora mismo acaba de entrar en mi vagón de metro una mujer pelirrojísima y, de repente, no sé muy bien por qué, me ha venido a la mente la caza de brujas. Antes, ser pelirrojo significaba ser maligno, haber tenido contactos con el Diablo o tener algo que ver con él. Ella lleva una camiseta azul oscuro sin mangas, enseñando sus hermosos brazos, y lleva un pantalón muy ajustado (¡Qué osadía! ¿Así cómo va a pasar inadvertida? ¡Cómo se nota que ya nadie la persigue!). Pero, sobre todo, tiene los ojos muy metidos en la cara y una nariz muy puntiaguda, una nariz aguileña. La verdad es que es facilísimo imaginársela vestida de negro, con el sombrero de punta, la verruga en la nariz, la piel verde y el pelo zarrapastroso delante de un caldero hirviendo (¡Cuantísimo estereotipo junto!)

Me acaba de mirar y se ha sentado a mi lado. Tengo miedo. Sabe que la he descubierto. Menos mal que hay mucha gente en el vagón conmigo, así que estoy a salvo... O quizás no.

Acabo de ver que está leyendo un libro que se titula "Cómo defenderse de los ataques verbales". Después de todo, ni mi bruja es tan valiente ni si persecución ha terminado.

Ya no me das miedo, ¿bruja?

©AC

martes, 14 de julio de 2009

Psicosis griposoporcina.

Hoy se ha sentado en el metro delante de mí una mujer que estaba haciendo un sudoku. Cuando he estornudado he visto que se sobresaltaba y que me miraba con los ojos muy abiertos. Esos ojos de miedo han hecho que me fijara mejor en ella. Estaba sujetando una pequeña toalla delante de la boca y de la nariz a modo de mascarilla. Me ha entado la risa. Pero, ahora que lo pienso, no sé si la tonta es ella o si soy yo.
©AC

Accionistas de la gripe A.

Me he resfriado. Me he resfriado en el bús porque dentro hacía un frío que no era normal. El conductor debe ser accionista de la empresa que fabrica las vacunas contra la gripe A.
©AC

lunes, 13 de julio de 2009

V.I.P. II

Ayer tuve un accidente haciendo el mongo. ¿El resultado? Mi lunar favorito, el que tengo en la cadera como si fuera una lenteja pegada (una lenteja preciosa, eso sí), sigue conectado a mi cuerpo gracias a dos milímetros de piel. Es como el cuello de Nick Casi Decapitado, fantasma de la casa Gryffindor de Hogwarts (Harry Potter), que tiene la cabeza conectada al resto del cuerpo por un trocito de piel que hace las veces de bisagra pese a haber sido decapitado, como bien dice su nombre. Y ahí estaba yo esta tarde, esperando otra vez para ver a mi amigo el dermatólogo, al que vi hace hoy justo una semana. Pero se ha alegrado mucho de verme, al fin y al cabo, yo soy su paciente favorita y, por lo tanto, mi lunar también está incluído en ese VIP. Además, mola más ver un lunar arrancado que quitarle verrugas a las señoras.
©AC

V.I.P.

Hace una semana volví a la consulta de uno de los médicos que investigan conmigo cual House por qué razón mi brazo tiene complejos de Hulk. Nos estuvimos riendo un rato por el hecho de tener alergia a la henna y por la anécdota de llevar las maletas llenas de diccionarios a los exámenes (me preguntó si había llevado mucho peso con el brazo últimamente). Al final me anotó su número de móvil personal en un papel mientras me decía "ten, por si te pasa algo este verano". Está claro. Soy una VIP, una Very Important Patient.
©AC

domingo, 12 de julio de 2009

Metro de Madrid, vuela (mi imaginación).

Esta mañana he visto a Disco Stu en el metro. Acto seguido he visto a Blancanieves en versión de bolsillo. Después he visto cómo una bolita de carne tiraba su refresco y cómo se derramaba el líquido por el suelo y se iba dividiendo, como si fuera una división artificial para regar, por ejemplo, y ahora que he vuelto de Túnez, un palmeral de un oasis.

Qué bien me lo paso en el metro de Madrid.
©AC

sábado, 11 de julio de 2009

Como el lobo de los tres cerditos.

Esta mañana ha entrado en mi vagón un chico que llevaba un look del Bronx.
Me suele poner de mal humor que la gente vaya por la vida en plan "el mundo me lo debe todo, lo odio, me automargino", pero bueno, cada uno se viste como quiere, todos somos libres. Lo que más me llama la atención es que lleva la gorra encima de la cabeza a modo de corona. No la lleva puesta, la lleva en suspensión. Me dan ganas de pasar a su lado y soplar, como el lobo de los tres cerditos, a ver si se cae.
La verdad es que en el fondo me intriga saber cómo narices se sujeta la dichosa gorrita y por qué nunca se cae (soportan los golpes de viento de los túneles de metro al llegar el tren). Yo tengo una teoría: creo que la rellena la gilipollez del individuo que la "lleva" y que por eso resiste contra viento y marea...

Desde luego, qué mala es la adolescencia (y cómo se nota que hoy, de filántropa, tengo poco).
©AC

viernes, 10 de julio de 2009

Haciendo de Darwin en el metro de Madrid.

Hoy en el metro he visto a unas cuantas chicas enormes. Me he quedado muy sorprendida porque cada vez veo más. Siempre suelo fijarme en las rodillas de la gente que está sentada conmigo en el vagón. Me fijo en las rodillas y en los zapatos. Se puede saber mucho de una persona por sus zapatos como también se puede saber mucho de una persona por sus rodillas. Luego ha entrado en el vagón una señorilla que no quiso sentarse para no arrugarse la ropa y que se quedó de pie en posición modelo y con una semi sonrisa en la boca. Me ha parecido un poco ridículo (no el hecho de no sentarse para no arrugar la ropa, eso yo también lo hago a veces, me ha chocado su pose totalmente fuera de contexto), como cuando se te coloca un tío delante y fuerza el brazo para marcar músculo para ver tu cara de asombro. Cuando viajo en metro siempre me fijo en los que me rodean porque es un desfile de la fauna de Madrid y, la verdad, me podría pasar horas mirando a la gente pasar. Evidentemente, siempre me fijo en los que me llaman más la atención.

Me pregunto si alguien llegará a su casa acordándose de mí.
©AC

jueves, 9 de julio de 2009

Miedo al blog en blanco.

Miedo a la hoja en blanco (o al blog, en este caso). Eso dicen que les pasa a los escritores. A mí también me pasa, a veces. Bueno, en realidad lo que me pasa es que tengo miedo a escribir basura. Últimamente tengo verborrea. En cuanto tengo un papel delante me lanzo a escribir. Es mi forma de relajarme. Es mi hobby. Es mi pasatimepo. Escribo a mano. En el ordenador voy mil veces más rápido pero a mano se me ordenan mejor las palabras en la cabeza. Me da tiempo a digerirlas, a verlas venir y, así, también me da tiempo a darles forma. Me gusta escribir a mano. Me gusta escribir. Siempre me ha gustado. Ya de pequeña se me veía venir. Me lo dicen mis padres, antes de cumplir un añito, antes de saber hablar, no había forma de callarme. Y desde que aprendí a escribir, tampoco ha habiado forma de impedírmelo. Mi primer escrito completo y por mi cuenta fue un cuento titulado “La niña y el volcán”. Debía tener unos 7 añitos. Desde entonces siempre he necesitado escribir. Forma parte de mí. Es parte de lo que soy. Además, el hecho de escribir las cosas siempre me ha ayudado a verlas con perspectiva y ver qué pienso realmente. En la cabeza está todo siempre mezclado, se entrecruzan las ideas. Al ponerlas por escrito tienes que ordenarlas a ellas y a tus pensamientos. Es cierto que ha cosas que no pueden expresar las palabras o, al menos, nos parece que no pueden. Yo siempre he dicho que si no eres capaz de escribir (o explicar) algo significa que no lo entiendes.

Creo que siempre he escrito para intentar entenderme a mí misma y a todo lo que me rodea. Pero, aunque no lo consiga siempre, con un papel y un lápiz siempre me sentiré segura.

No, definitivamente no tengo miedo a la página en blanco. Tengo miedo a no entender y a no poder expresarme.

Espero que mi hobby os resulte al menos divertido. Consideradlo un pequeño pasatiempo lleno de palabras e ideas más o menos ordenadas.
©AC