sábado, 30 de enero de 2010
Hoy no me salen las palabras.
miércoles, 20 de enero de 2010
Madrid (Vol.1 - Gran Vía)
sábado, 16 de enero de 2010
¿Pero tú qué te crees?
Abróchate el cinturón, que vienen turbulencias. A ver si te crees que aquí eres el único que sabe jugar.
Tragué saliva y me quedé con cara de gilipollas delante de la pantalla del ordenador al acabar de leer el mensaje que me había enviado a Facebook.
Menos mal que es más pequeña y tiene cara de inocente, pensaba. Entró Bea en la habitación y cerré rápidamente la ventana.
- Oye, ¿vienes a comer o qué? ¡Que se va a enfriar y llevo dos horas en la cocina!
- Ya voy, amor, ya voy, no te enfades, tonta.
Se quedó mirándome y me puse nervioso ¿lo sabría?
- ¿Te encuentras bien?
- Sí, ¿por?
- Estás raro.
- Es que me acabo de dar cuenta de que me hago mayor... Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte.
- ¿Qué?
- Nada, nada... Cosas mías.
©AC
martes, 12 de enero de 2010
Sangría para expulsar demonios.
lunes, 11 de enero de 2010
En el café de la juventud perdida.
domingo, 10 de enero de 2010
Las 6:20.
sábado, 9 de enero de 2010
Tardes frías de sonrisas rotas y corazones tristes.
Me empeñé en pedirles a los Reyes Magos una ventisca que colapsara Barajas para no tener que decirte adiós… Debí haberles pedido una máquina del tiempo para que esta misma noche pudiera volver a decirte hola.
Echaré de menos tus ojos azules en esta noche tan negra.
miércoles, 6 de enero de 2010
Regalo de Reyes.
lunes, 4 de enero de 2010
Ni una sola vez más.
sábado, 2 de enero de 2010
Demasiado fácil.
Al mirarme al espejo descubro en mi cuello la marca de tus labios que da fe de que realmente ocurrió lo que al levantar creía que había sido un sueño. Ahí están, esos puntos violetas en mi cuello blanco. Un señor chupetón. Y sonrío. Y me pongo roja. Y vuelvo a sonreír. Me quedo parada delante del espejo, cierro los ojos y voy recordando momento a momento todo lo vivido anoche. Estoy en una nube. No me lo puedo creer. No puede ser. Y me desdoblo, una vez más. Una parte de mí, feliz viendo que por fín se ha cumplido lo que soñaba; la otra, la militar, la que recuerda el daño que hace un corazón roto, explota la burbuja de la parte que se ve ya en el castillo con su príncipe azul.
- No seas aguafiestas. ¡Por fín! ¡Lo ha conseguido!
- No seas ilusa. No me fío. Te digo que ha sido demasiado fácil. Aquí hay gato encerrado.
- No, no quiero volver a estar a punto de perderla. Siempre alerta, es mi forma de protegerla..., de protegerte, eres lo mejor de ella. Ella no es sin ti y no eres sin ella. No os voy a abandonar otra vez para volver a encontraros moribundas. Voy a convocar al consejo, no me fío. Ha sido demasiado fácil... Demasiado.