Después de dos semanas maldiciendo por cómo se ha desmoronado un proyecto en el que tenías puestas todas tus esperanzas, ilusiones y ganas y sintiendo que te has estancado, te despiertas una mañana con los rayos del sol como adelanto de la inminente primavera madrileña (esa que dura una semana). Un vestidito de manga 3/4 y una chaqueta de lana es suficiente para no pasar frío. Sonríes porque por fin puedes ir con las gafas de sol sin que te miren raro (yo las llevo todo el año, que con los ojos claros y las lentillas me molesta muchísimo el resol de los días nublados). Y resulta que te van llegando durante la mañana buenas, mejores e inmejorables noticias sobre ese otro proyecto en el que no tenías grandes esperanzas. Y así, de un plumazo, en menos de 8 horas, dices que sí y te cambia la vida.
Y todo ello sin que el mundo se haya dado cuenta...
Shhh... ¡guardadme el secreto!
Pasad un increíble fin de semana.
AC