Camina de madrugada disfrutando de las estrellas como si le echara un pulso al amanecer. En realidad, está retando a la suerte y a la vida al recorrer las calles del barrio más peligroso de la ciudad más peligrosa del país más peligroso. Lo más de lo más de lo más. Pero a él, ya le da igual. No sería la primera vez que un desconocido le para por la calle saludándole con una navaja. No sería la primera vez que peleara. No sería la primera vez que le hirieran. No sería la primera vez..., tampoco la última. Encerrado en una rutina aburrida, en un traje aburrido para hacer un trabajo aburrido... Era ese vecino que toda persona quiere tener porque jamás molesta y siempre complace. Educado. Serio. Correcto. El hombre que toda mujer quiere para su hija. Pero él no tiene ni madre, ni mujer, ni hija. Ya no. Alguien las tachó de su vida como quien tacha días en el calendario. Una cruz en el vientre de cada una bastó para que perdiera ese juego, como quien pierde al "Tres en raya". Así fue como bautizó la prensa a su verdugo. En su casa, todas las paredes estaban empapeladas por una portada de esos panfletos a los que erróneamente algunos llaman periódicos... Esa portaba rezaba, en mayúsuculas y negrita, en un tamaño despropocionado para llamar la atención y vender más ejemplares:
"¿QUIÉN ES EL ASESINO DEL TRES EN RAYA?".
AC
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