jueves, 11 de noviembre de 2010

Sigo caminando.

Tras estas semanas de desconexión, vuelvo. Poco a poco, pero vuelvo. Sigo aquí, tras unas semanas en las que he estado analizándome y analizando los resultados de ese escáner exhaustivo. Todavía no sé si he llegado a alguna conclusión, cosa que me hace pensar que no lo he conseguido. Miento. He llegado a ciertas conclusiones, pero como no me acaban de gustar, prefiero pensar que me estoy equivocando en el análisis de los datos (aunque sé perfectamente que no lo hago - curioso lo de engañarse a una misma -). Así que aquí estoy, flotando en una nebulosa, dejándome llevar por la corriente, intentando no pensar demasiado porque me agota y me agobia, centrándome en temas que me apasionan y mantienen mi mente ocupada y mi corazón anestesiado.

Pese a todo, no me rindo. Veo la luz al final del túnel y sigo teniendo fe, eso no me lo quitará nadie nunca.

Como dijo la viuda de Marcelino Camacho en el acto de homenaje-despedida en el centro de Madrid:

Cuando uno cae, se levanta y sigue adelante.

Caí, me lenvanté, y, por fín, con la ayuda de mi fisio, ya casi no cojeo.

Pronto, más relatos.
Mai.

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