jueves, 31 de diciembre de 2009

31 de diciembre de 1944.

31 de diciembre de 1944.

Ayer, cuando fuimos a controlar a los boches, Max, uno de los chicos, fue herido. Con la niebla se perdió y se acabó encontrando de cara con uno de ellos, consiguió escapar de ahí sin darse ni cuenta de que le habían dado. La herida tenía muy mal aspecto pero con la niebla y con unas maniobras de distracción pudimos evacuarle ayer y recibir suministro para las ametralladoras, los tanques y los morteros. Maldito cabrón, me alegro por él, ha conseguido un billete para volver a casa vivo, una herida de un millón de dólares.
[...]
Jack lleva un rato con los prismáticos vigilando la línea alemana que hay a 300 metros (ya no hay niebla), lleva todo el día haciéndolo, desde que ha habido luz hasta ahora, quedan unas pocas horas para que anochezca, otra vez. Dice que ha aparecido un árbol que ayer no estaba. Le he dicho que lleva demasiadas horas mirando y que descanse (tiene fiebre), que es imposible qe crezcan árboles de la nada y que igual ayer no vio esos árboles por la niebla. Creo que se está volviendo loco de tanto mirar. Él insiste. En fin...
[...]
Estoy yo ahora con los prismáticos y juro por todo lo que quiero que he visto moverse un árbol. O Jack me ha contagiado su locura y estamos delirando los dos o realmente pasa algo raro ahí delante.
[...]
Se he vuelto a mover y Jack y yo lo hemos visto a la vez, nos hemos quedado mirando como dos glipollas. Le he enviado a llamar a Smith mientras yo me quedaba pegado a los prismáticos. He visto moverse algo en el suelo y lo he visto. Me he quedado congelado. Esos hijos de puta han montado un par de tanques y un nido de ametralladoras aprovechando la niebla y les han puesto árboles al lado, por eso los árboles se movían, ¡los estaban colocando!
[...]
Ha llegado Smith y le he explicado la situación, como ayer conseguimos suministros, hemos decidido atacar primero sin que se lo esperaran. Lo hemos usado todo, tanques, ametralladoras, fuego de mortero y además nos han apoyado 3 aviones. Les hemos pillado en pelotas, sólo les oíamos gritar. No queda nada de bosque que había delante. Hemos arrasado, sólo hay tierra humeante y cenizas. Jodeos, malditos hijos de puta. Ya nos queda menos para llegar a Berlín y volver a casa.
[...]
Con todo el lío se nos había pasado. Ha sido Robert, el que se ha dado cuenta, ha mirado el reloj y ha dicho que ya eran más de las doce. Hemos soltado una carcajada y nos hemos abrazado. Feliz año, chavales, 1945 será un gran año, ya lo veréis.
©AC
***
Gracias otra vez por seguir siendo fieles a este pequeño rincón. Espero que tengáis un año fantástico, algo me dice que 2010 será un gran año para recordar (para bien).
Un abrazo y pasadlo bien esta noche.
Feliz 2010.
***
"30 de diciembre de 1944" y "31 de diciembre de 1944" están inspirados en el libro "Hermanos de Sangre" (Band of brothers), de Stephen E. Ambrose, publicado en castellano por Inédita Editores, que cuenta las historias de los hombres de la Compañia E del 506 Regimiento de Infanteria Paracaidista del Ejército de los Estados Unidos desde su creación hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

30 de diciembre de 1944.

30 de diciembre de 1944.

Jack y yo llevamos horas ya en nuestro pozo de protección, un agujero de unos 200x80x120 cavado entre los dos entre algunos árboles de este pinar. Lleva una semana nevando, hace frío y la nieve es ya hielo. Hace un frío de cojones. Hace tanto frío que ni el hecho de ser dos en un puto agujero de mierda hace que nos calentemos con el calor del otro. Llevamos varios días en esta situación y esta mentalidad de guerra de posición como en la de 14-18 sólo le viene bien a los boches para reorganizarse después de la retirada del territorio francés. Por aquí, en algún lugar al Norte de Francia, los pueblos liberados nos reciben con los brazos abiertos, pero esto no basta para ganar una guerra, no una contra esos cabrones. Como estemos mucho más tiempo así, nos van a encontrar congelados (el equipo que llevamos es el mismo que el del desembarco del verano) o sin poder andar (el pie de trinchera se está extendiendo), esperemos que Dios nos ayude y mañana pare la ventisca para poder ver qué hacen estos bastardos y para que los aviones puedan volar y soltarnos munición, ropa, comida y medicinas. Por la única carretera que hay es imposible, hay tres panzer y dos cañones de 88mm apuntando hacia ella. Nos toca ir a hacer una ronda de reconocimiento, a ver si conseguimos ver qué coño hacen esos mamones sin que nos maten primero.
©AC

martes, 29 de diciembre de 2009

¿Cómo?

Se me para el corazón sólo con verte aparecer. Se me corta la respiración cuando me miras a los ojos y sostenemos la mirada unos segundos. Me pongo roja si, además, me sonries. Y luego el corazón me late ta fuerte por la adrenalina que me retumba el ruído en los oídos.

¿Qué coño me has hecho? Bueno, el qué no es la pregunta. El qué es evidente. La pregunta más bien es ¿cómo coño lo has conseguido?
©AC

lunes, 28 de diciembre de 2009

No lo quiero saber.

Me despierta el tintineo de tus llaves al abrir la puerta. Me he quedado dormida en el sofá. El vino ya se ha calentado, el CD lleva ya tiempo parado y las velas apenas tienen mecha ya. Me incorporo para recibirte con una sonrisa. Pero al que veo entrar no es a ti, es alguien en tu cuerpo pero no eres tú. Esa persona me mira y, con sólo esa mirada, hace que se me caiga todo el mundo al suelo.
Me levanto e intento recoger mis cosas con unas manos tan temblorosas como tu voz.

- No – digo-, no lo quiero saber.

Te acercas a mí, me abrazas para tranquilizarme pero me resisto. Después de forcejear finalmente me rindo y ahí, en tus brazos, en mi refugio, me derrumbo.


-Por favor, no lo quiero saber.
©AC

domingo, 27 de diciembre de 2009

Ven aquí.

Aquí estoy, en tu sofá, viendo cómo miras la televisión. Perfecto. Pelo, cejas, ojos, nariz, boca, cuello… Una imagen en mi cabeza de un milisegundo me hace sonreír, justo me miras.
- ¿Qué pasa? – preguntas.
- Nada – contesto sonriendo-, estás muy guapo cuando te pones serio.
- Ah, ¿sí?
- Sí.
- Ven aquí.
Me coges de los tobillos y tiras hacia ti para dejar nuestras caras a unos centímetros. Sonríes y me lanzas esa mirada que me hace sentir indefensa y que me encanta, y me besas, y suspiro, y durante los próximos minutos, no existe nada más que tú y yo entre estas cuatro paredes…
©AC

sábado, 26 de diciembre de 2009

Juzgado de guardia.

Estaba de guardia en Nochebuena y la llamaron, tenía que acercarse para proceder al levantamiento del cadáver. Cuando pasó el cordón policial entró en la habitación perfectamente ordenada y limpia de aquél lujoso hotel. A primera vista nada parecía fuera de lugar excepto el cuerpo que yacía en las sábanas que parecía estar durmiendo con una sonrisa en la boca, casi riéndose (¿de ella?).

Había nota de suicidio, alcohol y pastillas. Otra vez tenía que levantar el cadáver de alguien que había tenido el valor que a ella le faltaba.

©AC

***
Aunque no sea un cuento especialmente navideño, feliz navidad a todos. Gracias por hacer que sigan subiendo las visitas. Podéis enviar frases que se os ocurran al correo, a ver qué consigo hacer con ellas, si el resultado es digno, las publicaré, pero sólo lo haré con las frases de los mails que tengan remitente.
Gracias otra vez y disfrutad de las fiestas.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Carta a un desconocido.

Quién me iba a decir que te quedarías grabado en mi retina mientras mis ojos lloraban por otro. Yo, que creía que jamás volvería a darme un vuelco el corazón por nadie, noto cómo late más fuerte al pensar en ti. Y al cerrar los ojos y verte a ti, a tu sonrisa y a tus ojos, me ruborizo. Quién me lo iba a decir... Con solo una mirada has conseguido infiltrarte en el bunker que me construí para curar mis heridas y que nadie me hiciera otras.
©AC

martes, 15 de diciembre de 2009

Lille, tu me manques énormément II.

Huir. Necesito huir. Huir a mi refugio. Quisiera perderme en la tranquilidad de la Citadelle de Lille. Quisiera perderme en uno de sus pequeños y encantadores cafés del casco antiguo, como la crêperie cerca del restaurante "Le lion bossu". Quisiera pasear por la pequeña, serpenteante y adoquinada Rue de la Clef. Pero no puedo, me pilla un poco lejos, a dos horas y media de avión y una de tren. Tendré que cambiar el bosque por los árboles del Retiro y sus estanques. Tendré que cambiar sus cafés por algún bar iluminado por velas en Claudio Coello con nombre de marinero. Tendré que cambiar sus adoquines por las nuevas aceras de la zona que rodea ese pulmón de Madrid. Lille, te echo de menos. Madrid, gracias por seguir guardándome tesoros.

Y tú, ¿dónde estás? La nieve esta mañana me arrancó una sonrisa pero la tuya la eché de menos, como a Lille y su noria navideña y su chocolat chaud y su croissant au beurre en Paul, la panadería. Je veux que tu me fasses sourire.
©AC

viernes, 11 de diciembre de 2009

Y decirte algo a lo Steve McQueen.


Y decirte algo a lo Steve McQueen...
Y decirte algo a lo Steve McQueen...


Tenía la frase pero no la historia, lo que se le ocurría no le convencía así que la llamó.

- Ayúdame, estoy atascado. Tengo la frase…"Y decirte algo a lo Steve McQueen."
- ... Déjame pensar… A mí eso me sugiere historia de bar de moteros americanos. ¿Por qué no escribes algo que acabe con la frase en vez de empezar con ella? Puedes contar la típica historia chico conoce mujer fatal que le usa y le tira cuando le conviene, que le llama un día porque la han dejado tirada en una gasolinera, que tiene que volver haciendo auto-stop y él se acerca a por ella todo chulo con su chupa en la Harley y le dice algo a lo Steve McQueen... ¿Qué te parece?
- … Me quedo con la mujer fatal. Gracias.
- De nada, ya sabes cuál es el precio…
Él rió.
- Me parece bien, ciao.
- Ciao.

Sonriendo empezó a escribir...

Estaba en el bar con los colegas y todo se congeló al verte entrar. Tú, toda una mujer fatal, con tus botas de tacón de aguja negras, tus pitillos negros, tu chupa de cuero negra, tu foulard de leopardo, tus Rayban Wayfarer negras... y tus labios rojos. Me viste, te acercaste, me dijiste que te invitara a una copa mientras jugabas con mi corbata. No me pude negar. Desde entonces a tus pies, a tus órdenes, a tus deseos y caprichos pero, morena, no me puedes dar una de cal si no me das otra de arena. Ahora sólo estoy esperando que llegue el día en que me vengas llorando para reírme y decirte algo a lo Steve McQueen.

- Bueno…, pues al final no ha quedado tan mal –se dijo.
©AC

***
A Pedro, que me dio su frase en nuestro particular concurso de microrrelatos.
Sigo esperando para ver qué has hecho tú con la mía.

sábado, 5 de diciembre de 2009

HOPENHAGEN DEC.09



When people lead, leaders follow.

Podéis entrar en la web (http://hopenhagen.org/home/map) y uniros al movimiento. Podéis también dejar un post en esa misma web al registraros y decir algo que os haga tener esperanza. El mío ha sido el siguiente: "Unknown people smiling back to me gives me hope".

Porque aún estamos a tiempo.
Let's turn Copenhagen into Hopenhagen.
©AC

martes, 1 de diciembre de 2009

Ocaso romano.

Volaban las hojas secas por encima de su cabeza desde los árboles a orillas del río hasta amerizar en las aguas del Tevere. Ahí estaba, en el puente que daba al Castel Sant'Angelo, mirando hacia el Vaticano, viendo la puesta de sol y los dibujos de las bandadas de estorninos al volar. Sintiendo la brisa en la cara recordó la primera vez que pisó Roma, cómo olía, cómo se sentía...y todo se fundió en negro.

Las pastillas habían hecho efecto.
©AC

jueves, 26 de noviembre de 2009

Anestésiame.

Salgo de casa con mi abrigo nuevo, mi bufanda, mi gorro, mis guantes y mis botas. El cielo está nublado y gris. El aire es frío y húmedo. El suelo está cubierto con un manto naranaja y amarillo. El viento huele a lluvia y hojas mojadas. Camino por encima de ellas, cerrando los ojos y respirando, disfrutando de las sensaciones y de los olores bien abrigada. Espero el autobús escuchando música, canciones en las que sólo se oye un piano -en las que el ser humano sólo se intuye porque es el que lo toca-, con una sonrisa dibujada en mis labios. Tranquila. Disfrutando. Entro en el autobús y veo que está lleno y que, a medida que se va adentrando por la ciudad, se llena más y más. Decido bajarme y llegar andando al trabajo. Es un día gris precioso. Por fín ha llegado el otoño a Madrid. Pero, de repente, recuerdo el día que es y el otoño se cuela en mi corazón tiñéndolo de gris. Madrid, hoy más que nunca, protégeme, déjame perderme en ti, cuídame y anestésiame.
©AC

sábado, 21 de noviembre de 2009

Jarrones rotos.

Una mañana más despertándome con dolor de cabeza y un extraño entre las sábanas. Joder, parece mentira, no aprendo. Desde que me fui de casa dando un portazo pese a que tú no estabas para oírlo espero que me encuentres ahogando mi pena en la barra de un bar. Por mucho que mire el teléfono no me llamas y yo me vengo de ti en labios que saben a cenicero y amargura, en brazos torpes y toscos que no me conocen ni me quieren. Pero ya he aprendido a aturdir mi conciencia con un par de absoluts y unas caladas de algo, es lo único que me queda porque ya no me quedan lágrimas que derramar por ti, ya no me puedes hacer daño porque no queda nada que herir. Sólo queda lo que ven, un recipiente vacío, roto y remendado para mantenerse en pie y para que al menos se pueda decir de él que es eso, un recipiente maltrecho y no uno hecho añicos en el suelo.
©AC

sábado, 14 de noviembre de 2009

Amanecer entre ruinas.

Quemando Madrid una noche más. De risas con los amigos, de copazos y bailoteos. Al final llegó quien tenía que llegar, por fin, después de estar varias horas mirando compulsivamente el móvil y el reloj. No hizo falta decir nada. Ya casi eran las siete cuando apareció. Se acercó, se cogieron de la mano y se fueron a ver cómo el sol se asomaba por los restos del esqueleto de aquél edificio incendiado y despertaba la ciudad.
©AC

lunes, 9 de noviembre de 2009

Por un milisegundo.

Llevaban tiempo diciéndoselo con la mirada pero ninguno de los dos se atrevía a dar el paso. Un roce de manos furtivo, una caricia robada, un beso de despedida en la comisura de los labios… Él apareció en el bar en el que ella le esperaba ver aparecer. Ella se armó de valor al ver su sonrisa cuando la vio. Se acercó a él con la mirada fija y le besó. Fue un beso esperado, dulce, sincero. Él la cogía de la cintura y ella enredaba sus dedos en su pelo. Abrieron los ojos. Los dos sonreían. Se besaron de nuevo y volvieron a sonreír. Y mientras se miraban a los ojos ella cazó ese milisegundo de duda y miedo en la mirada de él. A ella se le borró la sonrisa y a él también. Se había dado cuenta de que ella lo había comprendido. “Perdóname”, le dijo cogiéndola de la mano, pero ella ya se había dado la vuelta y se dirigía a la puerta. Él se quedó petrificado en medio del bar y se odió por dejarla marchar, porque nunca nadie había conseguido leer sus miradas, nunca nadie le había entendido como ella lo hacía. Y, mientras él se odiaba, ella caminaba por las calles de Madrid esperando que pasara un taxi, acompañada por las lágrimas que le enfriaban las mejillas, las estrellas y su soledad, mientras fumaba para acortar su vida un poco más.
©AC

viernes, 30 de octubre de 2009

No soy tu princesa.

Me despiertan los berridos del niño del vecino que me taladran la cabeza. “Buenos días a ti también” pienso mientras me incorporo en la cama. Me pongo de pie y me mareo. La cabeza me duele y me vuelvo a sentar. Sigo borracha, joder. Tardo unos segundos en darme cuenta de que hay algo extraño en la escena. Yo no tengo vecinos con niños. Esta no es mi habitación aunque ya me la conozca. Voy desnuda. “Mierda”, pienso, “otra vez no”, digo en voz baja mientras giro lentamente la cabeza en busca de ese cuerpo desnudo que confirme mis peores sospechas. No hay nadie, pero lo ha habido, desde luego. Me visto. Me falta un pendiente. Miro hacia la cama para ver si lo veo y me encuentro una rosa en la almohada de al lado. Las espinas de esa rosa se me clavan en lo que un día fue mi corazón. Niego con la cabeza espantando pensamientos y rebusco en la cama pero no encuentro mi pendiente. Joder, son mis favoritos. Doy un repaso a la habitación comprobando que no me dejo nada, me quedo junto a la puerta del cuarto y escucho el silencio de la casa. No hay nadie pero salgo despacio y sin hacer ruido. Camino de la puerta paso delante del salón, huele bien, a café recién hecho. Me asomo y no veo a nadie pero la mesa está lista para desayunar, con otra rosa encima de uno de los platos y una nota. Me acerco. Veo mi pendiente y cojo la nota: “Se te había caído al dormir, vuelvo en seguida, he bajado a la panadería a por un par de croissants”. No me jodas, chaval, no seas así, no me quieras, no quieras ser el príncipe azul que viene en su corcel blanco a rescatar a la doncella en apuros. Trátame mal, como lo hago yo, ¿no ves que no me lo merezco?, ¿no ves que no lo quiero?, ¿no ves que no te convengo? Sigo leyendo: “No vuelvas a irte, no me hagas volver a rescatarte en ese bar, deja que te llame y te vaya a buscar, tengo preparada una…”. Dejo de leer. Cojo mi pendiente, me lo pongo y salgo por la puerta. Camino del metro fumándome un piti me odio a mí y al alcohol y a ese complejo de salvador que tienes. Se me escapan un par de lágrimas, una por ti, por ser tan tonto, y otra por mí, por hacerte daño para perderte porque estoy asustada. Lo que queda de mi corazón no soportaría otra derrota, prefiero huir. En medio del paso de peatones me paro. Me pitan. Me da igual.

- ¡Taxi!

No tengo ganas de coger el metro y enfrentarme a las miradas despectivas de desconocidos. Ni siquiera soy capaz de soportar mi propio reflejo en los escaparates. No soy tu princesa, amor, soy una cobarde, un alma en pena y no, ni quiero ni puedes curarme.
©AC

lunes, 12 de octubre de 2009

Octubre.

En el móvil tengo de pantalla principal una foto de mi Avi trabajando en su estudio de arquitectura. Es una foto en blanco y negro. Cada vez que la miro recuerdo todas las historias sobre él que me contó mi Abá, mi Abaíta de mis amores. Mi ratulinet. Cómo te echo de menos, puñeterota. En especial recuerdo el día en el que mi ratulinet me contó cómo el Avi le pidió que se casara con él. Me contó que el Avi prácticamente había crecido con ella. Que su padre le había considerado un hijo más. Que su padre le daba clases a cambio de que le ayudara a hacer cosas (no recuerdo bien los detalles, ella sí los recordaba perfectamete). [Qué raro es hablar de ella en pasado.] Me contó que durante la guerra su padre les hacía rezar por todos los suyos y por el Avi. Me contó que el Avi un día empezó a decirle “En octubre hará un año”. Me contó que ella le preguntaba de qué hablaba y que él entonces la miraba con esos ojitos azules de pillo, que le sonreía y que le volvía a decir “En octubre hará un año”.
Por fín llegó octubre y mi Abá, mi Abaíta de mis amores, como era poco curiosa, tardó en preguntarle al joven rubio de ojos azules qué era lo que celebraba su primer aniversario en ese mes de octubre. El Avi entonces se giró, la miró y le dijo: “Este octubre hace un año del momento en el que me enamoré de ti”.

Ese octubre hizo un año.

Este octubre hace un año.

©AC

martes, 6 de octubre de 2009

Lealtad.

El rasgo más importante de una persona para mí.

Qué difícil se me está haciendo encontrarlo hoy en día.

¡Lástima!

©AC

martes, 29 de septiembre de 2009

Viajes.

Al volver en el coche desde Valencia camino de Madrid pude ver al lado de la carretera unos viñedos y me han entrado ganas de hacer un viaje recorriendo la ruta del vino.

Me estoy volviendo una bohemia, ¿alguien me acompaña?



PD: Mil visitas. Mil gracias.
©AC

lunes, 21 de septiembre de 2009

El taxi de la risa.

Hace unos meses estuve riéndome todo Arturo Soria en el taxi. No. No iba borracha. Últimamente me pasan cosas raras. Desde Semana Santa. ¿Coincidencias? Será el Espíritu Santo. El caso es que llegué a casa llorando de la risa porque hubo un momentazo en el taxi. Al taxista no dejaba de sonarle el móvil así que se giró y me preguntó que si me importaba que cogiera el teléfono, que era su hija y que estaba preocupado no fuera que le hubiera pasado algo a la chica y el estuviera pasando de ella. Le dije que no me importaba en absoluto. Nada más coger el teléfono la hija del taxista pegó un grito que no sé todavía como no dejo sordo a su padre.

-¡Papááááááááááááaáá! ¡Que me han tocado 6000 euros en el Bingoooooooooooooooooo!

Me empecé a morir de la risa. Está claro que me equivoqué de plan esa noche por no haber ido a jugar yo, pero anda que no me reí. Aunque, la verdad, sólo por oír eso y por las risas que me eché no fue una mala equivocación.

©AC

viernes, 18 de septiembre de 2009

Clan.

Según el DRAE:

Una familia es un "grupo de personas emparentadas entre sí".

Un clan es un "grupo predominantemente familiar unido por fuertes vínculos y con tendencia exclusivista".

En vista de la relación familiar que tengo puedo decir que no somos una familia sin más, somos un clan. Temblad Corleones.
©AC

jueves, 17 de septiembre de 2009

Once meses.

Es duro echar de menos a alguien a quien nunca más volverás a ver ni a tocar en otro lugar que en tus sueños. Ayer hizo once meses del día en que una parte de mi corazón murió.

Hace once meses que no escucho tu voz.
Hace once meses que no riño contigo.
Hace once meses que no me río contigo.
Hace once meses que no te hago compañía.
Hace once meses que no te cojo la mano.
Hace once meses que me arreglo yo la ropa.
Hace once meses que no disfruto de tu comida.
Hace once meses que nadie disfruta adivinando el ruido de mis pasos en el pasillo.
Hace once meses que nadie me escucha tocar el piano, tu piano, mi piano.
Hace once meses que nadie me llama "Ratulinet".
Hace once meses que te echo de menos todos los días.

Hace once meses que soñé que te dejaba con tu Antoni.
Hace once meses que soñé que él te cogía de la mano y te decía "Martinááá... ¡Cuánto me has hecho esperar, puñeterota!".

Hace once meses me subió la fiebre y me puse enferma porque me habías dejado y no te pude coger la mano y desearte un buen viaje.

Hoy lo que veo es una página con líneas y líneas escritas en gris y no, no es porque se me haya acabado la tinta negra.
©AC

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Lille, tu me manques énormément.

Ayer hace tres años empezó mi aventura Erasmus en Lille y esta noche he soñado que volvía a recorrer sus calles adoquinadas y que me perdía en sus pequeños cafés y en sus restaurantes y que volvía a pararme delante de los escaparates de sus tiendas de macarrons y bombones.

Lille, j'espère te revoir très bientôt.

©AC

martes, 15 de septiembre de 2009

Pequeños grandes placeres 3.

Cerrar los ojos en un lugar donde la música está tan alta que notas cómo retumba en tu cuerpo.
©AC

domingo, 13 de septiembre de 2009

Culebrón.

Según el DRAE:

(del aum. de culebra).
1. m. Telenovela sumamente larga y de acentuado carácter melodramático.
2. m. despect. Historia real con caracteres de culebrón televisivo, es decir, insólita, lacrimógena y sumamente larga.

Según el María Moliner:

1. inf. Serial televisivo, con gran número de capítulos y carácter melodramático, generalmente de poca calidad. >> inf. Situación de la vida real con características de culebrón.

Pues eso. Desde luego, es verdad eso de que la realidad supera la ficción.

©AC

sábado, 12 de septiembre de 2009

Alarmas del copiloto.

Resulta que las rojiblanqueces de ayer eran las alarmas de mi copiloto para avisarme de las turbulencias que provocarían que me estrellara (¡justo un 11-S!).

Hay veces que pienso que soy medio bruja y me doy miedo.

©AC

viernes, 11 de septiembre de 2009

Rojiblanqueces.

Me han llamado para ofrecerme trabajo, he dicho que sí y, en cuanto he colgado, me he vuelto a poner nerviosísima (se me han quedado los pies y las manos congelados), esos nervios de día rojiblanco.

¿Se puede saber qué cojones me pasa?
©AC

jueves, 10 de septiembre de 2009

Mi mirada.

Hace unos días me dijeron que tengo una mirada que impone pero que atrae y que da ganas de conocer más. El caso es que parece que mi mirada no parece dar resultados... Qué útil, ¿verdad?

Voy a tener que evolucionar, como los Pokémon, a ver si consigo atravesar esa maldita barrera invisible con mis nuevos poderes ópticos. Si no, habrá que cambiar de estrategia, a ver si me sirve de algo haber devorado miles de páginas sobre la Segunda Guerra Mundial.

(PD: Esto empieza a parecerse a la película esa de "historia completa de mis fracasos sexuales" jaja. Sí, se me pira, pero me lo paso pipa.)

©AC

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Miradas.

Me sigue sorprendiendo cómo hay miradas que no ves y otras que se te quedan grabadas en la retina. Hace poco he descubierto una que no se me va de la cabeza. Bueno, a decir verdad fue esa mirada la que me descubrió a mí y la que al acercarse me llamó la atención. Así que aquí estoy, con una mirada que sigue ahí cuando cierro los ojos y a la que parece que mi mirada no hace efecto. Ya ves tú, el cazador cazado.
©AC

jueves, 3 de septiembre de 2009

Días azulcielodeMadrid.



Hoy, en cambio, estoy contenta, contentísima. Se me ha ido ese nudo de nervios del estómago que me ha hecho adelgazar un par de kilitos (bueno, no se ha ido del todo, pero ahora son nervios buenos, de emoción), tengo una sonrisa en la boca que nadie, NADIE, me va a quitar porque ya me está empezando a deslumbrar la luz del final del túnel y todo vuelve a ir bien y ME ENCANTA. Y sonrío, y la gente me ve y sonríe también, y por primera vez desde hace mucho tiempo, estoy emocionada y con ganas de ver qué me trae el futuro porque pinta genial o, al menos, desde donde estoy ahora mismo, yo lo veo de ese color precioso que es el azul del cielo de Madrid.
©AC

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Días rojiblancos.

Hay días en los que te levantas con un nudo de nervios en el estómago y no sabes por qué narices ha aparecido. Lo único que sabes es que está ahí, que aprieta, que te hace estar con los sentidos alerta y que es incómodo, muy incómodo. Te intentas autotranquilizar pero sabes, en el fondo, que sólo lo conseguirán unas pastillas blancas y rojas. Por eso, a estos días, los llamo días rojiblancos.
©AC

martes, 1 de septiembre de 2009

Pequeños grandes placeres 2.

Otro de mis pequeños placeres forma parte de mi rutina.

Me gusta levantarme por la mañana, encender la radio, oír la voz de Francino (o Pedro) en Hoy por Hoy, ir al baño, lavarme la cara, ir a la cocina y encender la radio, seguir escuchando la voz de Francino, encender la cafetera Nespresso (What else?), prepararme mi café Vivalto Lungo - largo, solo y en vaso -, sentarme en la mesa con un bolígrafo y leer EL PAÍS empezando por la contraportada hasta llegar a la portada (a esas horas de la mañana lo mejor es empezar con lo más ligero y acabar el périódico con la artillería pesada cuando ya estás despierto del todo) subrayando o comentando los artículos y haciendo el crucigrama si mi padre no lo ha hecho todavía.

Desde luego, hay rutinas que son apasionantes.
(Cómo se nota que ya tengo alma de vieja.)
©AC

martes, 25 de agosto de 2009

Pequeños grandes placeres.

¿No os pasa que a veces estáis tan bien que desearíais parar el tiempo?

Mi primer pequeño placer es veraniego ahora que estamos en temporada

Flotar en el agua del mar, sintiendo el sol y oyendo las piedras del fondo que se mueven al compás de las olas, abrir los ojos y ver un cielo de un azul inmenso, sin una nube, mirar a la orilla, y ver palmeras.

Esto es vida, señores.

©AC

lunes, 24 de agosto de 2009

La perspectiva que da el tiempo.

La última vez que pasé por la Plaza del Liceo fue un día después de que los terminales hubieran celebrado su Monôme. Monôme '09. El mío fue el '04. 5 años. Madre mía. Cada vez que paso por la puerta 4 y veo a los terminales, los veo cada vez más pequeños. Es algo que me choca porque cuando éramos terminales nos sentíamos mayores e importantes. No es que los terminales sean ahora más pequeños por defecto de fábrica, soy yo que me hago mayor. 5 años después ya tengo mi carrera. Qué vertigo, ¡Dios mío! Quién le iba a decir a la profe que me quería hacer repetir por ser lenta leyendo que iba a ser traductora e intérprete. Las vueltas que da la vida, ¿no?
©AC

miércoles, 12 de agosto de 2009

Me voy.

Me voy a la playa unos días (no sé cuántos porque no depende de mí), a ver si con la infinidad del mar me tranquilizo un poco y se me pasa tanta rayada mental. Sed buenos y disfrutad del verano, que todos nos merecemos echarnos siestas de 3 horas.
©AC

Nostalgia made in LFM.

A mis 22 años y con mi carrera recién salida del horno puedo decir que, con la mirada que tengo últimamente, la época que más echo de menos es cuando estuve en el Liceo. Sobre todo el último año, el de Terminale. Sí. Suena a enfermedad terminal, es lo que tiene el Liceo Francés, mucho humor inglés.
El caso es que pagaría por estar una semana entre esas paredes de hormigón, con el horario del último curso, con mis profesores del último curso y con mis compañeros de clase del último curso. Con todos, porque era el encanto de la clase, pero sobre todo con el grupo aquél de los de “la rangée du fond”. Estaban el gabacho, el filipino y el japonés (mis tres mosqueteros), La Joland, Sonia, Mike, Paul y yo. Qué risas nos echábamos, madre mía. Recuerdo el día aquél que un profesor me hizo leer en voz alta así que tuve que intentar leer mientras me movían el libro y me lo intentaban quitar, mientras el de atrás me empujaba la silla contra la mesa y el de delante empujaba la mesa contra la silla para que no pudiera respirar, en ese momento cogí y empujé la silla del de delante con el pie para que me dejara en paz y el de su lado me cogió el pie y me quitó el zapato, zapato que acabó en la mesa del profesor (5 filas más allá). Y al acabar de leer, me levanté toda digna yo, sin un zapato, y recorrí todo el aula medio descalza hasta la pizarra para recuperarlo ante la mirada estupefacta del profesor y las carcajadas de los demás.
Esto (lo de volver una semana al cole) se lo comenté el otro día al japonés por teléfono cuando me llamó, no pareció hacerle especial ilusión (creo que estaba más pendiente de otra cosa y en ese momento puso el piloto automático).
Después se lo comenté al gabacho y me dijo, puf, no sé, yo no sería capaz de volver ahí y estudiar. ¿Quién ha dicho nada de estudiar?, le dije. Rió. Lo que yo he dicho es volver a estar juntos en clase y rememorar los viejos tiempos. Ya, tronca, pero nos echarían de clase a los cinco minutos. ¿Y cuál es el problema?, contesté yo. Carcajadas.

Ay… Nostálgica a los 22. Nostálgica del Liceo y eso que acabé hasta los mismísimos de él y del Bac de las narices. Nostálgica de aquello. Manda huevos. Un vrai truc de oufs, quoi.
©AC

martes, 11 de agosto de 2009

¿Y ahora qué vas a hacer?

No deberíamos tener tanta prisa por acabar la carrera y ser adultos, joder. Ser un estudiante responsable te lleva a ser adulto a los 22 y es una mierda en estado puro, que lo siguiente que ves es un curro, una pareja y mocosos berreando. Ahora que he acabado todo el mundo me mira con esa cara de compasión mientras me preguntan "¿Y ahora qué vas a hacer?". Y a ti qué coño te importa, me entran ganas de preguntar a mí, en vez de eso contesto educadamente con un “No lo sé, no lo tengo muy claro, la verdad”. Ah, pero si traductores necesitan en todas partes, haya crisis o no la gente se tiene que comunicar. Oh, gracias por descubrirme América, tronco, pienso, me estoy empezando a calentar pero vuelve a salir la persona educada que llevo dentro “Ya bueno, pero ahora mismo no me veo traduciendo 8 horas al día, por el momento no quiero tener nada que ver con mi carrera”. Y responden con un escueto “Ah” y con esa cara que mezcla la pena y la compasión con la mirada de “eres un deshecho y un fracaso”. Vete a la mierda, coño, y deja de mirarme como si fueras superior, no te las des de inteligente, que no hace falta ser un lumbreras para sacarse Derecho.
©AC

lunes, 10 de agosto de 2009

Tormentas de una noche de verano.

Es curioso cómo durante todo el año estamos deseando que llegue el verano para disfrutar del buen tiempo y cuando luego llega nos quejamos del calor y deseamos vernos envueltos en una manta en el sofá de casa resguardados del frío del invierno. Hoy sopla fuerte el viento en Madrid. Sopla el viento y bajan las temperaturas. Sopla el viento, bajan las temperaturas y el aire huele a lluvia y a tormenta de verano. Una tormenta de verano que me permitirá quedarme en casa con un jersey gordo gigante mientras miro desde la terraza los dibujos esqueléticos de los rayos en el cielo. Una tormenta de verano que, con sus truenos y sus relámpagos desfragmentando el cielo, parece una radiografía de mi mente. Me gusta esta tormenta de verano, me tranquiliza, me tranquiliza ver que en el mundo no todo es perfecto (en principio, una noche de verano es una cálida que te permite estar fuera hasta el día siguiente). Aunque, la verdad, esa tormenta de verano a mí me parece perfecta porque refleja perfectamente mi estado de ánimo y porque nos hace compañía a mí y a mi tormenta interior.
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domingo, 9 de agosto de 2009

A la horca.

Odio que me cobren 30 pavos por unos zapatos que en la tienda son preciosos y comodísimos y que luego cuando me los pongo me dejan los pies como salidos de una carnicería
Panda de estafadores...deberían enviaros a la horca a todos.
©AC

viernes, 7 de agosto de 2009

Olor a tinta.






Cómo me gusta pasear por el barrio de Salamanca con mi ejemplar de EL PAÍS bajo el brazo y tomarme un café en una de sus terracitas devorando todo lo que me cuenta, saboreando cada palabra.




Bendita imprenta.
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jueves, 6 de agosto de 2009

Mi propio desembarco.


Siempre he pensado que el día D, el día del desembarco de las tropas aliadas en Normandía, fue el día más importante de la Segunda Guerra Mundial. Fue un día que costó años planificar y en el que, como siempre, no todo sucedió como se había planeado.

La foto que véis es probablemente la más conocida del día del desembarco. La tomó Robert Capa para la revista Life. La hizo bajo el fuego enemigo mientras las tropas de asalto se enfrentaban a los obstáculos y a la fuerte marejada en la hora H del día D en la playa de Omaha. Capa hizo más de 200 fotos pero sólo sobrevivieron 8 porque el hombre que las reveló, al ver lo que mostraban, se puso muy nervioso y muchas de ellas se estropearon, por eso la que véis se ve borrosa, pero así, muestra perfectamente lo que fue ese día.

Yo tengo mi propio desembarco en mi interior. Estoy luchando por sobrevivir, como ese soldado. Lucho por evitar las balas, las trampas, el fuego de mortero, las alambradas, las minas y, sobre todo, tengo que luchar por no ahogarme por el peso de mi mochila en mi propia playa de Omaha porque, como quien dice, yo también acabo de desembarcar.
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miércoles, 5 de agosto de 2009

Tiempo libre.

Ahora que tengo tanto tiempo libre me estoy conociendo un poco más a mí misma (en plan metafísico, no me seáis malpensados) y, la verdad, estoy haciendo descubrimientos sorprendentes (y un tanto inquietantes).
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martes, 4 de agosto de 2009

Una agradable sorpresa.

El primero de agosto de 2008 encontré en la revista de verano de El País una columna que se llamaba Me cago en mis viejos, firmaba Carlos Cay. Me encantó así que se convirtió en mi pequeño hobby del verano. Al acabar de leer la columna del día tenía ganas de tener el periódico del día siguiente para seguir. Hace unos días al ver el simbolito de la revista de verano de El País me pregunté si volvería a escribir y ser publicado. Hoy, al abrir el periódico he encontrado la sorpresa más agradable de lo que llevo de verano. Ahí estaba LA columna con su dibujo. Me cago en mis viejos II. He tardado tres días en descubrirlo porque no he tenido un ejemplar de El País en mis manos desde que me fuí a Jerez el 28. He descubierto que Me cago en mis viejos se publicó este invierno así que he entrado en la web de la Fnac para ver si lo tienen ahí para ir mañana mismo a por él y así poder tenerlo en papel (sí, soy una antigua, qué le vamos a hacer, pero a mí me gusta poder tocar el papel y oler el libro). Pero justo están remodelando la web, web que, por cierto, mañana inauguran con una fiesta a las 13'00 en la tienda de Callao a la que no iré porque: 1º Me sentiría demasiado friki, y 2º No me gusta sentirme como ganado (se puede invertir el orden ya que no alterará el resultado: mañana no iré), así que iré a por él cuando pueda estar a mi bola en mi pequeño santuario. El caso es que por fín podré tener el libro en mis manos y tirar las manoseadísimas páginas donde imprimí todas las columnas del año pasado, porque las fuí guardando en el ordenador (eso de recortar columnas en la playa a mitad de verano y volver a traérmelas a Madrid en la maleta era pedir demasiado). Además, así igual consigo que mi hermana lea Me cago en mis viejos de una vez, que hace un año ya que se lo dije. No vayáis a pensar que lo voy imprimiendo todo, sólo imprimo lo que me gusta de verdad, que hay que ser verde y no abusar del papel que, como dice mi padre, "No es más limpio quien más limpia sino el que menos ensucia". Pues eso. Que ya que lo han publicado habrá que comprarlo, que para eso han talado árboles. Ah, por cierto, bienvenido Carlos, da gusto tenerte de vuelta.
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martes, 28 de julio de 2009

Jerez.

Me voy una semanita a Jerez a desconectar y reencontrarme con los Erasmusamigos.
Sed buenos y portaos bien.
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lunes, 27 de julio de 2009

Madrid, me gustas verde.

Me gusta respirar entre las fuentes y los árboles gigantescos que hay delante del Museo del Prado y del Thyssen. Me gusta pasear entre ellos y tomar el sol. Me gusta sentarme en el césped o en uno de los bancos de piedra, levantar la cara, sentir los rayos del sol en mis párpados y sentir la brisa acariciar mis pestañas. Ojalá pudiera congelar ese momento.
Madrid, me encantan tus tardes soleadas en tus entrañas verdes. Madrid, me encanta que me quieras así.
©AC

domingo, 26 de julio de 2009

Batería.

Hoy en el 150, a la altura de Colón, se me ha terminado la batería del ipod. Me ha jodido un huevo porque no llevaba ningún libro en el bolso. Menos mal que voy siempre con mi libreta y mi boli, lista para escribir por si me asalta la inspiración, así que me he puesto a observar el mundo desde esa cajita de lata con aire acondicionado.
©AC

viernes, 24 de julio de 2009

Gustos.

Hoy, al meterme en el vagón de metro de la línea 10 en Chamartín, se ha metido conmigo una mujer sudamericana muy guapa. Iba con un carrito de bebé. Se ha sentado a mi lado, entre un chico y yo. La verdad es que la bebita era preciosa. Se ha puesto a mirar con su ojos negros llenísimos de curiosidad al chico. Él le ponía caras para que se riera pero ella simplemente le miraba muy seria absorbiendo todo lo que veía. Cuando él se ha bajado en Plaza de Castilla, ella le ha seguido con la mirada y ha querido bajarse del carrito para seguirle.

La verdad es que la pequeñaja no tenía mal gusto.

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jueves, 23 de julio de 2009

Como Napoleón.

Cada vez que paso por delante del edificio de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Marina que hay cerca de la estación de Chamartín (al lado del colegio Sagrado Corazón), me imagino a un montón de militares en uniforme en un estanque haciendo prácticas con barcos de papel en el agua y en sus cabezas, a lo Napoleón. No sé por qué me viene esa imagen a la cabeza, pero el caso es que siempre que paso con el 150 por delante, haya tenido un buen o un mal día, me río, y eso, me encanta.
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lunes, 20 de julio de 2009

París por 3€.

Estoy en el vagón de metro volviendo a casa y he visto entrar en mi vagón a un músico callejero. No lleva violín. No lleva acordeón. No lleva guitarra. Lleva un altavoz y una melódica. Joven. Moreno. Pantalones pirata vaqueros. Camiseta naranja. Pelo corto pero con un poco de crestilla. Se ve a kilómetros que es francés, francés del Sur. Ha entrado en el vagón y ha visto como todo el mundo o se ha puesto los cascos o tenía un repentino interés por lo que decía el periódico o se ha quedado dormido en el acto. Yo no. Cuando me ha mirado he parado el ipod, me he quitado los cascos y le he mirado de un modo que decía “Sorpréndeme, te escucho”. Se ha quedado muy sorprendido pero ha sonreido aceptando el reto. Le ha dado al play para la poner la música de fondo y ha empezado a tocar. Y ha empezado a cantar. A cantar en francés (¡Bingo!). Me ha cantado un poquito de chanson française. Me ha cantado “Aux Champs Élysées” de Joe Dassin. Me ha cantado mirándome y le he sonreído como diciéndole “Has acertado.” Y he cerrado los ojos sonriendo y me ha teletransportado a París, a un París con el cielo azul, con sol y con un café au lait y un croissant en una terrasse.

He abierto los ojos y los dos sonreíamos.

Le he dado 3 €.

Qué barato me ha salido ir hoy a París.

©AC

viernes, 17 de julio de 2009

Quéfumepa.

Hoy al ir a Icade a por el certificado de fin de carrera he podido oír esa joya del argot pijo madrileño (no sé si se ha extendido ya a todo el territorio nacional). Quéfumepa. Le he estado dando vueltecillas hasta que por fín he entendido lo que quería decir y me he quedado helada pese al bochorno. Quéfumepa. Traducción (haciendo honores a mi licenciatura de traductora-intéprete): Qué fu(erte) me pa(rece).

Pues eso. Cerebro del tamaño de un guisante, o sssssssssssssssssssssea.
©AC

jueves, 16 de julio de 2009

Hoy soy yonki.

Me está saliendo una muela del juicio. Es muy maja porque siempre decide salir cuando planes a la vista (sale ahí, en el mejor momento). Es su forma de decirme se apunta al plan, ¡no hay que ser desagradecida! El caso es que ni su molesto apoyo consigue borrame la sonrisa. Brilla el sol en Madrid. Hace bueno. Y, sobre todo, ese cielo de Madrid ha vuelto a sonreírme. Ese cielo azul, tan azul y tan bonito que le he hecho una foto. Ya tengo unas cuantas fotos del azul del cielo de Madrid (me estoy volviendo una friki, pero al menos soy consciente de ello. Hola, soy una friki del cielo de Madrid. ¡Holaaaa!).

Ese dolor tan simpático que me regala mi muela tampoco es tan horrible, me ayuda a estar con la sonrisa en la cara… Benditas pastillas.

©AC

miércoles, 15 de julio de 2009

¡Bruja!

Ahora mismo acaba de entrar en mi vagón de metro una mujer pelirrojísima y, de repente, no sé muy bien por qué, me ha venido a la mente la caza de brujas. Antes, ser pelirrojo significaba ser maligno, haber tenido contactos con el Diablo o tener algo que ver con él. Ella lleva una camiseta azul oscuro sin mangas, enseñando sus hermosos brazos, y lleva un pantalón muy ajustado (¡Qué osadía! ¿Así cómo va a pasar inadvertida? ¡Cómo se nota que ya nadie la persigue!). Pero, sobre todo, tiene los ojos muy metidos en la cara y una nariz muy puntiaguda, una nariz aguileña. La verdad es que es facilísimo imaginársela vestida de negro, con el sombrero de punta, la verruga en la nariz, la piel verde y el pelo zarrapastroso delante de un caldero hirviendo (¡Cuantísimo estereotipo junto!)

Me acaba de mirar y se ha sentado a mi lado. Tengo miedo. Sabe que la he descubierto. Menos mal que hay mucha gente en el vagón conmigo, así que estoy a salvo... O quizás no.

Acabo de ver que está leyendo un libro que se titula "Cómo defenderse de los ataques verbales". Después de todo, ni mi bruja es tan valiente ni si persecución ha terminado.

Ya no me das miedo, ¿bruja?

©AC

martes, 14 de julio de 2009

Psicosis griposoporcina.

Hoy se ha sentado en el metro delante de mí una mujer que estaba haciendo un sudoku. Cuando he estornudado he visto que se sobresaltaba y que me miraba con los ojos muy abiertos. Esos ojos de miedo han hecho que me fijara mejor en ella. Estaba sujetando una pequeña toalla delante de la boca y de la nariz a modo de mascarilla. Me ha entado la risa. Pero, ahora que lo pienso, no sé si la tonta es ella o si soy yo.
©AC

Accionistas de la gripe A.

Me he resfriado. Me he resfriado en el bús porque dentro hacía un frío que no era normal. El conductor debe ser accionista de la empresa que fabrica las vacunas contra la gripe A.
©AC

lunes, 13 de julio de 2009

V.I.P. II

Ayer tuve un accidente haciendo el mongo. ¿El resultado? Mi lunar favorito, el que tengo en la cadera como si fuera una lenteja pegada (una lenteja preciosa, eso sí), sigue conectado a mi cuerpo gracias a dos milímetros de piel. Es como el cuello de Nick Casi Decapitado, fantasma de la casa Gryffindor de Hogwarts (Harry Potter), que tiene la cabeza conectada al resto del cuerpo por un trocito de piel que hace las veces de bisagra pese a haber sido decapitado, como bien dice su nombre. Y ahí estaba yo esta tarde, esperando otra vez para ver a mi amigo el dermatólogo, al que vi hace hoy justo una semana. Pero se ha alegrado mucho de verme, al fin y al cabo, yo soy su paciente favorita y, por lo tanto, mi lunar también está incluído en ese VIP. Además, mola más ver un lunar arrancado que quitarle verrugas a las señoras.
©AC

V.I.P.

Hace una semana volví a la consulta de uno de los médicos que investigan conmigo cual House por qué razón mi brazo tiene complejos de Hulk. Nos estuvimos riendo un rato por el hecho de tener alergia a la henna y por la anécdota de llevar las maletas llenas de diccionarios a los exámenes (me preguntó si había llevado mucho peso con el brazo últimamente). Al final me anotó su número de móvil personal en un papel mientras me decía "ten, por si te pasa algo este verano". Está claro. Soy una VIP, una Very Important Patient.
©AC

domingo, 12 de julio de 2009

Metro de Madrid, vuela (mi imaginación).

Esta mañana he visto a Disco Stu en el metro. Acto seguido he visto a Blancanieves en versión de bolsillo. Después he visto cómo una bolita de carne tiraba su refresco y cómo se derramaba el líquido por el suelo y se iba dividiendo, como si fuera una división artificial para regar, por ejemplo, y ahora que he vuelto de Túnez, un palmeral de un oasis.

Qué bien me lo paso en el metro de Madrid.
©AC

sábado, 11 de julio de 2009

Como el lobo de los tres cerditos.

Esta mañana ha entrado en mi vagón un chico que llevaba un look del Bronx.
Me suele poner de mal humor que la gente vaya por la vida en plan "el mundo me lo debe todo, lo odio, me automargino", pero bueno, cada uno se viste como quiere, todos somos libres. Lo que más me llama la atención es que lleva la gorra encima de la cabeza a modo de corona. No la lleva puesta, la lleva en suspensión. Me dan ganas de pasar a su lado y soplar, como el lobo de los tres cerditos, a ver si se cae.
La verdad es que en el fondo me intriga saber cómo narices se sujeta la dichosa gorrita y por qué nunca se cae (soportan los golpes de viento de los túneles de metro al llegar el tren). Yo tengo una teoría: creo que la rellena la gilipollez del individuo que la "lleva" y que por eso resiste contra viento y marea...

Desde luego, qué mala es la adolescencia (y cómo se nota que hoy, de filántropa, tengo poco).
©AC

viernes, 10 de julio de 2009

Haciendo de Darwin en el metro de Madrid.

Hoy en el metro he visto a unas cuantas chicas enormes. Me he quedado muy sorprendida porque cada vez veo más. Siempre suelo fijarme en las rodillas de la gente que está sentada conmigo en el vagón. Me fijo en las rodillas y en los zapatos. Se puede saber mucho de una persona por sus zapatos como también se puede saber mucho de una persona por sus rodillas. Luego ha entrado en el vagón una señorilla que no quiso sentarse para no arrugarse la ropa y que se quedó de pie en posición modelo y con una semi sonrisa en la boca. Me ha parecido un poco ridículo (no el hecho de no sentarse para no arrugar la ropa, eso yo también lo hago a veces, me ha chocado su pose totalmente fuera de contexto), como cuando se te coloca un tío delante y fuerza el brazo para marcar músculo para ver tu cara de asombro. Cuando viajo en metro siempre me fijo en los que me rodean porque es un desfile de la fauna de Madrid y, la verdad, me podría pasar horas mirando a la gente pasar. Evidentemente, siempre me fijo en los que me llaman más la atención.

Me pregunto si alguien llegará a su casa acordándose de mí.
©AC

jueves, 9 de julio de 2009

Miedo al blog en blanco.

Miedo a la hoja en blanco (o al blog, en este caso). Eso dicen que les pasa a los escritores. A mí también me pasa, a veces. Bueno, en realidad lo que me pasa es que tengo miedo a escribir basura. Últimamente tengo verborrea. En cuanto tengo un papel delante me lanzo a escribir. Es mi forma de relajarme. Es mi hobby. Es mi pasatimepo. Escribo a mano. En el ordenador voy mil veces más rápido pero a mano se me ordenan mejor las palabras en la cabeza. Me da tiempo a digerirlas, a verlas venir y, así, también me da tiempo a darles forma. Me gusta escribir a mano. Me gusta escribir. Siempre me ha gustado. Ya de pequeña se me veía venir. Me lo dicen mis padres, antes de cumplir un añito, antes de saber hablar, no había forma de callarme. Y desde que aprendí a escribir, tampoco ha habiado forma de impedírmelo. Mi primer escrito completo y por mi cuenta fue un cuento titulado “La niña y el volcán”. Debía tener unos 7 añitos. Desde entonces siempre he necesitado escribir. Forma parte de mí. Es parte de lo que soy. Además, el hecho de escribir las cosas siempre me ha ayudado a verlas con perspectiva y ver qué pienso realmente. En la cabeza está todo siempre mezclado, se entrecruzan las ideas. Al ponerlas por escrito tienes que ordenarlas a ellas y a tus pensamientos. Es cierto que ha cosas que no pueden expresar las palabras o, al menos, nos parece que no pueden. Yo siempre he dicho que si no eres capaz de escribir (o explicar) algo significa que no lo entiendes.

Creo que siempre he escrito para intentar entenderme a mí misma y a todo lo que me rodea. Pero, aunque no lo consiga siempre, con un papel y un lápiz siempre me sentiré segura.

No, definitivamente no tengo miedo a la página en blanco. Tengo miedo a no entender y a no poder expresarme.

Espero que mi hobby os resulte al menos divertido. Consideradlo un pequeño pasatiempo lleno de palabras e ideas más o menos ordenadas.
©AC