lunes, 21 de junio de 2010

No entiendo por qué me sorprende.

Reconozco tu silueta.
Reconoces mi risa.
Reconozco tus andares.
Reconoces mi perfume.

Llegados a un punto en el que hay que ir a por todo o dejarlo ir, parece que has elegido lo segundo y yo, la verdad, no entiendo por qué me sorprende si nunca llegué a esperar nada más de ti.

©AC

martes, 15 de junio de 2010

El tren de las 07:16.

Congelada en Chamartín veo llover.
Estoy un día más parada en el andén.
He vuelto a perder el tren de las 07:16.

***
Hoy he oído hablar en la radio sobre los haikus japoneses, esos poemas de tres versos, este ha sido el resultado.
©AC

sábado, 12 de junio de 2010

Prefiero la manta eléctrica.

Porque hay días en los que te gustaría no salir de la cama y pasar las horas entre el colchón y el edredón sólo con la compañía de las almohadas y del ruido de las gotas al estrellarse contra el cristal de la ventana.

Vuelve a llover en Madrid.

Vuelve a llover y prefiero el calor de la manta eléctrica al tuyo.

©AC

miércoles, 9 de junio de 2010

Como una máquina de escribir.


Queridos lectores, siento mucho teneros tan abandonaditos, no me he olvidado del blog, ni muchísimo menos, pero tengo una monografía que entregar la semana que viene y estoy en modo investigación y reclusión y ¡escribe! ¡escribe! ¡ESCRIBE! Así que inspiración para relatillos no tengo mucha. Al menos con la musiquilla del vídeo en la cabeza se hace un pelín más llevadero (momento de agradecimiento a la música clásica que me ayuda a escribir).

Os dejo una foto de lo único que me rodea últimamente (libros e informes).

PD.1: A todos los que estáis estudiando como yo, ¡ánimo!

PD.2: Lau, fan incondicional, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! Cuando estemos por los madriles juntas tendré material para escribir sobre ti y regalártelo el año que viene.

Espero volver a la actividad de una pieza y cuerda.
©AC

miércoles, 2 de junio de 2010

Por que tu reflejo no se escape nunca de mi espejo.

Pongo mi CD de los Sunday Drivers y te pregunto mientras me enciendo un cigarrillo:

- ¿Quieres una copa?
- Sí, gracias.
- Ponte cómoda, estás en tu casa, ya lo sabes.

Llego a la cocina, saco los vasos y los hielos.

- Absolut limón, ¿verdad? – pregunto asomando la cabeza por la puerta para que me oigas.
- Ya te lo has aprendido – dices con una voz sonriente desde el otro lado del pasillo.

Sonrío yo también mientras lo preparo porque por tus pasos sé que has llegado al salón, has cogido El País y te has sentado en la esquina del sofá que está pegada a la pared. Oigo que trasteas en tu bolso. Al coger uno de los vasos tropiezo con unas sartenes y caen al suelo haciendo un ruido tremendo. Lo recojo todo y cuando voy a llevarte la copa al salón veo que no estás ahí. Voy asomándome a las habitaciones mientras recorro el pasillo y, por un momento, temo que te hayas ido. Oigo unos pequeños ruidos y veo la luz del baño encendida y la puerta abierta. Me acerco y me asomo y encuentro tu imagen en el espejo mientras te maquillas. Te miro unos segundos disfrutando de algo que creí que jamás volvería a ver en ese espejo. Desvías la mirada y ves mi reflejo y te pones roja al ver mi cara de sorpresa.

- Perdona, no..., no quería molestarte, se me ha corrido el rimmel y…

Te ofrezco la copa sin decir nada. Te miro, miro tu reflejo... Os miro a ti y a tu reflejo durante unos segundos y sigo sin poder articular palabra. Preocupada, preguntas:

- ¿Te encuentras bien? ¿Quieres que me vaya?

Te miro a los ojos, sonrío, niego con la cabeza y levanto la copa para brindar. Te ríes de mi cara de idiota y preguntas divertida:

- ¿Por qué brindamos?
- Por que tu reflejo no se escape nunca de mi espejo.


©AC

The Sunday Drivers - Like I do