miércoles, 16 de marzo de 2011

Y tus chistes.

Quiero dejar secar al sol esta nueva herida. No quiero estar lamiéndola y reblandeciéndola para que nunca se cierre. Dejaré que se seque, que la recubra la costra y que ésta se caiga tras un tiempo. Quedará una cicatriz que sólo me traerá buenos recuerdos. He decidido que sea de este modo así que así será. Hay que saber cuándo bajar los brazos. Hay que saber cuándo no puedes cambiar las cosas y aceptarlo aunque no lo entiendas. No voy a darle más importancia de la que se merece. No sirve para nada, me agota y me aburre. Te alejarás de mis pensamientos como un corcho en el océano. Llegará un día en el que ya no duela, en el que el corazón tan siquiera tiemble ligeramente, en el que todo lo que me rodea deje de recordarme a ti. No tengo ninguna duda de ello porque ya lo estoy consiguiendo.

Aún así, de momento, una vez al día, echo de menos tu mano en la mía..., y tus chistes.
AC

1 comentario:

  1. Por lo menos te gustan sus chistes.
    A ella los mios nunca le gustaron.

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