miércoles, 19 de mayo de 2010

Admítelo.

Te echo de menos.

Necesito de verte.

Tenemos que quedar.

¿Cuánto hace que no cenamos juntos?

Últimamente por Madrid han aparecido carteles publicitarios sin marca por esa moda de crear expectación y que la gente se pregunte qué será antes de lanzar el producto y de que nos llevemos todos un chasco. Como decía, han brotado carteles por toda la ciudad que lanzan mensajes como los que os he puesto ahí arriba. Así que tú un día vas tan tranquila por la ciudad, un día en el que se te van saltando las lágrimas de felicidad por cómo está cambiando tu vida y lo bien que pinta el futuro y vas y lees eso y te quedas con cara de gilipollas leyéndolo (porque has visualizado a alguien diciéndotelo, aunque sea sólo un microsegundo). Y esas odiosas palabras te dan un bofetón y espantan la felicidad y te pinchan el globo del que colgabas y veías todo precioso. Un bofetón que te hace ver que no tienes a nadie que te diga esas palabras y que por mucho que te digas “menuda gilipollez” y muevas la cabeza para sacar esos malditos mensajes de tu cabeza, ya está, ya la has cagado, porque se te han grabado en la retina y por mucho que vayas de dura por la vida y diciéndote a ti misma lo bien que te va y lo mal que acabaste la última vez, en el fondo sabes, aunque no lo quieras admitir, que estás deseando tener a alguien que te despierte por la mañana con un beso o con un mensaje así, que estás deseando, como dice Anna Gavalda en uno de sus libros, que alguien te espere en cualquier lugar..., y que sonría al verte aparecer (añado).


[P.D.: La publicidad ha resultado ser de VIPS.]

©AC

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